[Derechos humanos] Tohuami Hamdaoui, no era tu ADN, fue su racismo (Basilio Pozo-Durán)


          Aspirabas, como todas, a que en tu epitafio apareciera algo más que una simple sucesión de números, en tu caso, algo más que 1/5/1970 - 24/7/2011. Y así es: ¡inocente! Ésa es la palabra que debe aparecer en tu epitafio.

          Acusado de robo y violación, condenado con la única prueba del reconocimiento de la víctima cinco años después de que sucedieran los hechos, la prueba de ADN no fue suficiente para seguir investigando y reabrir tu caso. Porque los restos de semen encontrados en la chica no eran tuyos. Y aún así, encarcelado y declarado culpable, pasaste de un centro penitenciario a otro (Alicante, Teruel, Zaragoza) con tu inocencia por bandera, pero ni abogadas ni juezas te escucharon, sólo mandaron a tu celda a todo tipo de parlanchinas religiosas, expertas en beneficiarse del sentimiento de culpa de la gente y expertas también en violar los derechos humanos. Los mismos derechos que defendiste con tu huelga de hambre.

          Nadie quiso saber nada de tu caso ni de tu huelga hasta tu muerte, de la que, muy calladamente, informaron las empresas de propaganda capitalista. Y lo hicieron, por supuesto, falseando la realidad, pues dijeron que eras el primer preso común (queriendo decir con esto que no estabas condenado por terrorismo) que había muerto en el Estado español tras mantener una huelga de hambre. El primero fue Albert P.S. en 2002. Nueve años después nadie lo recuerda, como años después nadie se acordará de ti y volverán a titular "El primer preso en huelga de hambre que muere...".

          Albert murió exactamente el 8 de junio de 2002 y tú el 24 de julio de 2011. Y, aunque para esta última fecha el ministro de interior ya era otra persona,

tu situación sí es responsabilidad de quien ocupó ese cargo hasta el 12 de julio. Sobre lo que quiero llamar la atención es que las dos únicas muertes de presos comunes en huelga de hambre que se han producido en el Estado español suceden durante los mandatos al frente del Ministerio de Interior de quienes hoy son los dos principales candidatos a presidir el Gobierno español: Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos tienen muchas cosas en común, entre ellas ésta.

          Lástima, Tohuami, que no fueras cubano, pues las empresas de propaganda del capital habrían defendido tu inocencia invocando los derechos humanos. Lástima que no te pusieras en huelga de hambre por la independencia de Euskal Herria, pues quien estuviera al frente del Ministerio de Interior habría hecho lo imposible por hablar de ti en todas las ruedas de prensa.

          Lástima, en fin, que quienes te visitaron durante tu huelga de hambre no entendieran de derechos humanos y sí de corporativismo, tapando un error judicial que te condenó a prisión cuando no era tu ADN el de los restos de semen encontrados en la chica. Tan sólo tú parecías saber el motivo por el que te condenaron: no era tu ADN, fue su racismo.

          En tus últimas horas, siempre inocente, confundieron tu grito silencioso de ¡dejadme vivir! con el de ¡dejadme morir! Con la misma inhumanidad con que confundieron al culpable, que años después anda suelto, con el inocente, contigo.

          Hoy creo escuchar en tu funeral otro grito por encima del allah-u-akbar: ¡let me live!





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